La fascinante Pieve di Pisignano fue probablemente construida en el siglo X (el documento más antiguo data del 977) sobre una majestuosa duna, en los límites de la centuriación romana cesenate. En 1473, el Papa Sisto IV unió la Pieve a sus posesiones y la destinó a las monjas agustinas de la Santísima Annunziata de Venecia, conocidas como las monjas de S. Lucía. Después de la batalla de Ravenna de 1512, librada entre franceses y españoles, la Pieve fue destruida por las tropas dispersas y posteriormente reconstruida por las monjas en 1521. Seis años después, fue consagrada al santo protomártir Esteban: dos lápidas de mármol colocadas en la fachada y en el ábside testimonian estos importantes eventos. A lo largo de los siglos, la Pieve fue desfigurada por adiciones barrocas, pero finalmente fue restaurada a su estilo románico original en dos ocasiones (1911-12 y 1979-82), gracias al compromiso de los párrocos don Romualdo Turchetti y don Giuseppe Senni, así como a la intervención de la Superintendencia de Bienes Ambientales y Arquitectónicos. El nombre "Pieve" deriva del latín "plebs-plebis", que significa "pueblo". Hoy en día, este valioso testimonio histórico está inmerso en el verde de un parque, donde también se puede admirar un hito romano que data del siglo I d.C.